Hace 3 años fui sometido a una operación de cadera programada en el Hospital Álvaro Cunqueiro. En su día, dada la alta satisfacción sobre el trato que allí tuve tras 3 días de hospitalización, se me ocurrió escribir una minicarta para que fuera publicada en esta sección de "Cartas al Director", como agradecimiento a todo el personal que me atendió en la planta de Traumatología, pero de forma muy especial al traumatólogo Dr. Daniel Fernández, con quien tuve las primeras consultas, la intervención quirúrgica y su posterior seguimiento.

Entono el "mea culpa", porque mi dejadez consiguió que los meses fueran pasando y que yo no transmitiera públicamente esas atenciones recibidas.

A día de hoy tuve que realizar la misma operación en la otra cadera, con el mismo equipo y con el mismo resultado. Es por ello que, para no postergarlo más, les remito esta carta con el fin de dar conocimiento al público en general de mi satisfacción con el citado hospital, al contrario de otras críticas y opiniones reflejadas en esta misma sección, que yo, por supuesto, acepto con todo respeto, pero con las que, lógicamente, no puedo estar totalmente de acuerdo.

De esta manera quiero dejar constancia que siempre son las opiniones negativas las que florecen rápidamente y, por el contrario, las positivas son muy escasas.