Algunos piden que se le diga si van a indultar a los independentistas catalanes dentro de x meses o x años, pero no conocemos las circunstancias nuevas que van a salir durante el proceso. En el tiempo que tiene que pasar hasta que salga la sentencia, probablemente van a variar nuestra forma de pensar sobre el mismo. Tampoco conocemos según nuestra conciencia, si los jueces se van a inclinar hacia un lado o hacia el otro en su sentencia, por lo que no se nos puede pedir ahora que digamos cómo vamos a actuar cuando pase un tiempo que ahora desconocemos.

Estos exigen un castigo ejemplar agarrándose al artículo segundo de nuestra Constitución, cuando este artículo podía no existir o decir otra cosa que permitiera la independencia de las regiones sin faltar a los derechos humanos, y seguiría siendo una Constitución tan válida como lo es ahora. Quieren condenar severamente a alguien, por lo que dice hoy la Constitución, sabiendo que mañana puede decir otra cosa que permita lo que hoy fuertemente quieren castigar.

O sea, condenan como pecado sumarísimo y mortal con 50 años de cárcel, lo que mañana puede ser valorado como derecho de todos los pueblos, pues la independencia de un lugar concreto de la tierra no trasgrede el sentido común del pensamiento humano, ni vulnera ningún derecho humano conocido. No existe, por tanto, el pecado mortal que pretenden.

Están golpeando con cañones lo que hoy podía ser, y seguro que mañana será cuando estemos más civilizados, la normalidad más absoluta.