Confundimos lo ameno con lo gratificante. Lo superficial con lo inteligente. Lo inmediato con lo útil.

Confundimos lo caro con lo bueno y lo popular con lo válido. Confundimos incluso la propaganda con la verdad.

Hemos entronizado al "yo" como máxima reverenciable en lugar del "nosotros" que crea progreso y solidaridad, generando la mayor corriente de egoísmo que ha conocido la historia humana.

Estamos abocados a la autoextinción como especie porque nos negamos a pensar, a reflexionar y a analizar por nosotros mismos. Preferimos lo más fácil, que es pasarle la pelota a otros. Lo malo es que ya nos vale casi cualquier otro.

Valle Inclán decía "que inventen ellos", lamentablemente, ahora se ha impuesto el "que piensen ellos".

Así nos va y así nos va a ir...