La actitud pasiva y poco responsable de algunos de los miembros del Parlamento de Galicia es, cuanto menos, reprobable, por lo que se refiere al AVE a Galicia y al Puerto Exterior de Langosteira. En primer lugar, porque es fruto de la inacción de muchos de los que dicen representarnos, pues no analizan las fuentes de las que parten los problemas; y porque asumen las graves irregularidades de las cosas con un grado de displicencia alarmante.

Dos de las actuaciones más costosas de los últimos tiempos en Galicia son el AVE y el Puerto Exterior de Langosteira. Para resumir, diremos que ambos proyectos son, al menos, sospechosos desde su inicio, tocados por una originaria mala fe. Y los dos tienen como denominador común a un individuo llamado Paco Vázquez y su relación cómplice con el PP.

El trazado del AVE es contra natura, pues, aparte de ser discriminatorio, contradice a toda razón. El eje marcado en forma de L es el más razonable y no el que se construye, en forma de Y invertida, urdido por Paco Vázquez para beneficiar solo a su ciudad, con la ayuda de Manuel Fraga, quien satisfizo todos los deseos de Vázquez con tal de que este no le causase problemas de gobernabilidad en la Xunta. Paz a cambio de pasta.

Los diputados en el Parlamento de Galicia deberían revisar seriamente esta infraestructura y ver quiénes son los más perjudicados por este sinsentido para resarcirlos. Sin ir más lejos, los ciudadanos de Vigo y su área; quienes tendrán que viajar a Santiago cien kilómetros, bajarse y transbordar hacia Madrid en unos tiempos que no son competitivos. Este modelo es atroz, y estamos hablando de la primera ciudad de Galicia.

Paco Vázquez se aprovechó del desastre del Prestige para reclamar un puerto exterior carísimo y peligrosísimo con la excusa de que sería el puerto refugio que Galicia precisaba. Nada más lejos de la realidad, pues Langosteira es un puerto artificial e impracticable, inútil para cualquier buque en apuros; o sea que de refugio nada. Pero fue, es y será siendo concedido, aunque sea cada vez más y más caro. Su peligrosidad es tal, que vaticino que el Prestige II va a ser, precisamente, en aguas de Langosteira. Pero Aznar lo concedió por ingenuidad y para devolver los favores de Paco Vázquez al PP. Todo ello, a pesar de que acabó con todos los fondos del Plan Galicia.

Aún estamos a tiempo de rectificar y de poner sentidiño a las cosas, paralizándolas y corrigiéndolas, para eso son ustedes parlamentarios elegidos por el pueblo y de muy distintas facciones. Pongamos fin a las acciones de un individuo que condicionó las infraestructuras en Galicia durante demasiados años. Ah, y no se fíen del actual delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, quien fue teniente de alcalde de Paco Vázquez durante veintitrés años y, en realidad, está ahí para asegurar que estos proyectos tengan continuidad.

Vamos a cambiar las cosas, que la Galicia decente existe y debe imponer sus propias reglas, nunca las de las estrategias de los enemigos de esta bendita tierra.