Se denomina educación virtual a la nueva forma de enseñanza basada en las actuales tecnologías de la información y de la comunicación (TICS) consistente en realizar on line o telemáticamente la transmisión de contenidos, la resolución de problemas, la interacción docente y, en suma, todas las actividades académicas que hasta ahora, en la llamada educación tradicional, requerían de la presencia real, cara a cara, de profesores y alumnos en un espacio físico compartido, el aula.

Las ventajas de la primera son claras: es económica y ecológica, pues no requiere de libros en papel ni (si se realiza a domicilio) del uso del transporte escolar; es igualitaria y democrática, al llegar a todos en todas partes; permite que cada cual aprenda a su ritmo; puede contribuir a evitar la conflictividad tan frecuente en las escuelas, y sintoniza con la afición de los jóvenes por la tecnología digital. Lo cual, unido al exponencial aumento de tutoriales y cursos de todo tipo en internet, invita a pensar que en un futuro próximo este tipo de enseñanza será la dominante, mientras que la tradicional ocupará una posición meramente residual y subordinada.

Sin embargo, de ser así se irán perdiendo aspectos tan importantes en el aprendizaje como el contacto interpersonal, la socialización afectiva y la guía o inspiración, académica y vital, de profesores de carne y hueso, lo que acarreará cambios no solo en la educación, sino también en el modo de entender las relaciones humanas en general. Esperemos pues que el sistema de enseñanza del porvenir sea capaz de armonizar e integrar lo mejor de ambos modelos educativos sin eliminar a ninguno.