Es lamentable que el itinerario del camino por la localidad tudense, desde su inicio en el puente de hierro, junto a la antigua frontera, presente tan deteriorada imagen.

Las casas bajas que se encuentran frente a la antigua aduana están en estado de abandono, con puertas y ventanas rotas, interior lleno de maleza y basura, tejados hundidos a punto de derrumbe. Justo enfrente a estas casas, en el edificio abandonado de la antigua aduana, junto a actuales dependencias policiales, vive desde hace ya más de un año una indigente, ciudadana de otro país, allí instalada con un colchón en el soportal de entrada al edificio, lugar en el que también hace sus necesidades; esta persona con adiciones y problemas mentales, que debería estar ingresada en una institución competente del asunto, se pasea vociferando, tambaleante y amenazante hacia peregrinos y lugareños sin que nadie tome cartas en el asunto.

A lo largo de la avenida de Portugal se intercalan, anárquicamente, casas bajas, también en estado de abandono, con edificios de 5 plantas, y solares llenos de maleza.

En la prolongación, por la calle Martínez Padín, más de lo mismo, bloques derruidos, mansiones en ruinas, solares con basura y maleza. El resto del recorrido está falto de señalización y con un itinerario, en un entorno circundante bastante poco cuidado en general, muy poco curioso y creo que es una pena que los peregrinos y turistas que acceden a España y a Galicia por este punto se llevan tan negativa primera impresión.

A ver si el Ayuntamiento y resto de organismos toman medidas para corregir este desaguisado.