Hace años ya que los laboratorios (con ayuda de la medicina oficial) han emprendido una guerra contra lo que ellos llaman pseudociencias, cajón de sastre donde van a parar tanto las medicinas milenarias como los brujos que te recomiendan que enciendas una vela a tus espíritus protectores; por cierto que esta última práctica también la recomienda la iglesia católica con las velas a los santos... y no parece que se metan con ella.

En un país de titulitis, como España, donde la opinión de los médicos no se discute (en realidad no es discutible nada que diga un titulado por quien no tenga título) y donde el "espíritu de cuerpo" funciona como un gremio, es muy fácil que los laboratorios arrimen el ascua a su sardina ayudados por este gremio.

¿Qué pasa con las medicinas alternativas, no pseudociencias?... fundamentalmente que son competidores, medicinas en general menos invasivas y que no recetan medicamentos. Por un lado, los médicos ven cuestionada su autoridad y por otro, los laboratorios aún no controlan ese mercado (en esa búsqueda están).

Las medicinas naturales no son milagrosas, pero sí un complemento a la medicina oficial; de hecho la acupuntura, una medicina milenaria, se utiliza en algunos hospitales, no siempre bien aplicada por falta de conocimiento, porque como todas las terapias necesita un tiempo de estudios para aplicarla, no un cursillo de cuatro horas. Lo mismo pasa con la quiropráctica y otras terapias alternativas. Hay que recordarle a los "científicos" que la ciencia empírica existe y es anterior y la base de la demostrada.

Si no primara la ambición, el ego y el interés económico, se regularían estas terapias para evitar el intrusismo y las estafas, y cada uno elige la forma de curarse o mejorar su calidad de vida; desde luego los que probamos estas terapias... idiotas no somos, si no funcionan no las utilizamos.

En cuanto a los estudios sobre el número de muertos causados por las terapias alternativas... primero, no son creíbles porque no están avalados por nadie y ya tenemos experiencia de que son un modo de intoxicar; segundo, la mayoría de la gente que acude a la medicina alternativa viene rebotada de la oficial, con lo que se iba a morir estuviera donde estuviera; lo único que consigue, la mayoría de los casos, es una mejor calidad de la vida que le quede; y, por último ¿qué tal si comparamos el número de muertos por mala praxis de los médicos oficiales? ¡ganan por goleada!, desde efectos secundarios de los medicamentos hasta malos diagnósticos. Dioses no son (aunque alguno se lo crea).

Y ya por último ¿cuánto dinero le regala el estado a los laboratorios farmacéuticos comprando medicamentos inútiles? Aún recuerdo la compra masiva de una vacuna contra la gripe A que con la campaña alarmista a nivel mundial, orquestada por los laboratorios, fue un desembolso inútil y un gran negocio para los que la vendían. Si se aplica el sentido común, las medicinas alternativas son una ayuda, no un competidor; y en último caso... cada uno elige cómo quiere cuidar su salud, y si somos mayores de edad para votar, con más razón para dirigir nuestra vida.