Apenas han pasado 72 horas de las elecciones andaluzas y al contrario de la Feria de Abril, las luces siguen encendidas en todo el territorio como si de la búsqueda de un meteorito se tratara y que se hubiese estrellado en cualquiera de las tres Andalucías, la Sierra Morena, El Valle y la Penibética. Y en el trajín del voto, uno más o uno menos, ya se disipan las dudas. Lo reiterado antaño por el PP de que en España debe gobernar la lista más votada y no la suma de las listas de los perdedores, aquí el PP se desdice y afirma lo contrario, en Andalucía no debe gobernar quien ha ganado sino la suma de los perdedores. Y en este entresijos de dimes y diretes, hacemos y deshacemos. Así es la política en nuestro país, pintoresca e ibérica, y ya se sabe, lo que digas o aseveres a principios de semana no necesariamente es firme y llega a media semana.

Pero de tal caos ibérico están ha tiempo enterados los europeos y no es extraño que Marine le Pen felicitase a Vox, mucho antes de que se supiesen los resultados definitivos de las elecciones andaluzas, hasta tuvieron tiempo de entablar conversación telefónica y rendirles el primer homenaje a los mandatarios de Vox.

Un Santiago Abascal ignorado o devaluado para muchos de los políticos españoles estaba sin embargo trabajando duro a fin de que su partido pudiera tejer alianzas en el continente europeo. Lo ha hecho con la máxima cautela y ha demostrado que la clase política española goza de un enfoque vanidoso y negligente, que a veces raya en una autosuficiencia que lastima y desafecta a los ciudadanos. A Vox se le ha subestimado y nadie se ha percatado por donde llegaba el peligro. Esa desafección política se notó por el descontento y por el alto índice de los que no han ido a votar u otros conformes con las proclamas de Vox en algunas zonas de Andalucía.

Ante las denuncias de que si Vox era un peligro y que era de extrema derecha, Abascal ironizaba y respondía que "Vox no es de extrema derecha y sí de extrema necesidad" ante el estado en que se hallaba la política nacional española, enfrascada con el problema independentista de Cataluña, la corrupción sin fin del PP, el mal quehacer de Rajoy con su inmovilismo, la alianza de Sánchez con Podemos y la falta de una sentencia definitiva por los ERES de Andalucía, amén de cuarenta años de estar aquí gobernando los socialistas.

Con su irrupción en el Parlamento andaluz, toca ahora preguntar dónde se situará ahora Vox en el citado Parlamento, así como en el entorno europeo, habida cuenta que los partidos nacionalistas europeos difieren mucho en los planteamientos de los nacionalistas españoles.

"Vox ofrece una postura muy similar a la de la Liga Norte en cuanto a las políticas sociales y de inmigración; y muy parecida a la de la Hungría de Orbán en lo relativo al nacionalismo y la concepción de Estado: centralista, fuerte, exaltando las tradiciones y con una defensa a ultranza de los símbolos patrios y sus gestas culturales y militares".

Vox habla de "levantar un muro infranqueable entre Ceuta y Melilla", además de proponer la "deportación de los inmigrantes ilegales a sus países de origen, y de aquellos que hayan reincidido en la comisión de delitos leves o hayan cometido algún delito grave. En su programa, Vox propone otras duras medidas para los emigrantes. En Vox no se cansan de repetir que el islam no es solo una religión sino "una ideología política que busca la conquista del Estado" y como tal debe ser vigilada, reduciendo drásticamente la inmigración procedente de países musulmanes. En su programa se concreta la "expulsión de los imanes que propaguen el integrismo, el menosprecio a la mujer, o la yihad", la "prohibición de erigir mezquitas promovidas por el wahabismo, el salafismo o cualquier interpretación fundamentalista del islam", así como "ilegalizar la financiación por parte de terceros países de lugares de culto en suelo español" o excluir "la enseñanza del islam en la escuela pública".

Sin embargo, para Abascal no todos los inmigrantes son igual de peligrosos. "Frente a los que reivindican la Andalucía de Blas Infante, Almanzor, Abderramán y Al Ándalus, nosotros reivindicamos la Andalucía de la reina Isabel la Católica y las Cortes de Cádiz", declaró en un mitin en Córdoba a finales de noviembre. Y aunque subsisten aún incrédulos de lo sucedido en las urnas el pasado domingo, no hay duda, la aparición de Vox no es causa de un meteorito, sino de un lodo como el plástico degradable que viene inundando desde ha tiempo nuestra política nacional.