Ni que decir tiene que la hesitación es uno de los mejores ejercicios que el ser humano puede practicar, bien de noche o de día, pero sin perder nunca su dosis de veracidad. La realidad que nos rodea y en la que somos duros partícipes nos demuestra que la perplejidad hace mella y anida en lo que vemos o escuchamos, con riesgo de que finalmente no nos inmunicemos ante tanto herpes "palabreico" y gestual o mercadeo que nos llega con el objeto único de avasallar nuestra libre forma de ser y pensar.

Politiquillos que han hecho de esa noble función que dicen representar su espuria profesión, de orden y mando y llevándoselo -tres para mí y números rojos para el otro-, al mismo tiempo que ponen en su atípico ideario, cimbel o señuelo para seguir atrapando votos de los que sin criterio ni ambición personal deambulan o meramente se desplazan por la vida, para ser finalmente arrastrados hacia los avatares e impuros deseos de quienes los utiliza solo para su degradante causa, vanidad y pecunio personal. De tal modo algunos desean convertir así la política.

En España duele tanto bocazas, ramplón y miserables que evalúan dependiendo de quien sea el delincuente, imputado, sigla política, raza o condición social. Asimismo, de todo lo que se nos viene encima del resto del mundo. Podemos citar a extremistas y populistas como Viktor Orban (primer ministro de Hungría), Sebastián Kurz (canciller de Austria y militante del Partido Popular Europeo), Heinz-Christian Strache (presidente del FPÖ, Partido de la Libertad de Austria, de extrema derecha y con un discurso abiertamente xenófobo), Horst Seehofer (ministro del Interior alemán, del CSU), Matteo Salvini (vicepresidente y ministro de Interior de Italia), Andrzej Duda (presidente de Polonia), Rumen Radev (presidente de Bulgaria), Donald Trump (presidente de EE UU), Benjamín Netanyahu (primer ministro israelí), Jair Bolsonaro (electo presidente de Brasil), Rodrigo Duterte (presidente de Filipinas), Mohammed bin Salman (príncipe heredero de Arabia Saudí), Daniel Ortega, (presidente de Nicaragua) y un largo etcétera de escalofriantes individuos. Tales "rara avis" lanzan nuevos desafíos al mundo con un paquete de medidas que criminalizan y encadenan a perpetuidad a todos aquellos que deseen huir de guerras, dictaduras, miseria, esclavitud?, y, por tanto, luchar por sus derechos.

Necesaria por tanto una receta mundial que lleve implícitas justicia, imparcialidad, solidaridad, cooperación y respeto mutuo, como garantes de la defensa de los derechos del ser humano ante el manejo, enjuague e impúdica reflexión global que carece de cualquier mínima autocrítica, que hace que crezcan tanto la inseguridad como la incertidumbre y que esta se asemeje a una intensa borrasca de desigualdad e inestabilidad a todos los países.

Con tal impasse ¿hacia dónde se dirige España? Con este acontecer son muchos los que interiorizan la pregunta: ¿hay vida inteligente en este planeta? o ¿acaso se le denomina Tierra porque estamos todos ya sepultados en vida?