Siempre he creído que escribir "era fácil" y que al menos existen dos formas de hacerlo manteniendo siempre el respeto por lo que escribes y a quien te diriges:

a) Cuando escribes desde ese respeto y te gusta lo que escribes

b) Cuando escribes desde ese respeto con la intención de que guste a quien te lee.

Personalmente la b) nunca me pareció interesante porque de ser así no escribiría desde el corazón pero si consigo que por encima la a) guste... pues mucho mejor y yo me sentiré un poco más feliz.

Me preguntaba un buen amigo en qué me inspiraba para escribir un poema, un cuento infantil o una simple reflexión y le conté que nada. Simplemente cojo el bolígrafo y escribo palabras hasta que el mismo bolígrafo llega a un punto donde dice "Se acabó". Y allí termina la historia.

No se corrige ninguna frase ni se alteran sus expresiones salvo algún fallo ortográfico y terminada esa escritura que encerrada en los instantes de un momento de expresión. Ese amigo me decía también que una vez alguien dijo "que no existía el camino... sino que se hace camino al andar " y esa es mi formar inconsciente de escribir y llegar al final de cada historia, final que siempre desconozco cuál será.

Por eso una vez más prefiero escribir desde mi libertad cuando esa libertad me hace feliz.