El cierre de la aduana marroquí en la frontera con Melilla ha suscitado la lógica preocupación de la ciudad autónoma por los perjuicios económicos que ya se están sufriendo. Hasta ahora no ha habido explicaciones oficiales de Marruecos, aunque a nivel local se comenta que el cierre responde a un "acto de soberanía" al que el Gobierno español no parece haber dado excesiva importancia.

Marruecos afronta, desde el pasado año, un movimiento de protesta social y política en la región norteña del Rif que ha provocado ya varias dimisiones en el seno del Gobierno por el retraso de los planes de desarrollo económico de la zona.

El rey Mohamed VI, que estos días ha indultado a los cabecillas del movimiento, se ha empeñado en acelerar estos planes y eso puede afectar a realidades como el puerto de Melilla, por donde pasa buena parte del tráfico de mercancías con destino a Marruecos.