La Euroorden nació para ser ejecutada. Sin embargo, la justicia alemana ha decidido aportar creatividad y poner en solfa una institución que se sostiene sobre el reconocimiento mutuo de las resoluciones judiciales y la asunción de que todos los países de la Unión Europea disponen de sistemas judiciales justos y de garantías legales plenas.

La justicia española sabía que esto podía suceder. También lo sabía el independentismo. Y desgraciadamente ha sucedido lo peor: que los acuerdos que implica la Euroorden se han puesto en entredicho. Otro asunto más para tratar en todas y cada una de las reuniones de la Unión Europea.