Un año más Bouzas iluminó todo el cielo. Volvió a dejar constancia, a pesar del humo, de que sus fuegos tienen fama mundial.

Hace ya muchos, muchos años, que l "Nodo" y la televisión tomaron instantáneas de las fiestas y sus fuegos.

Desde que mi hermana Cristina, camarera del Sto.Cristo, se fue, hace ya 5 años, ¡cómo pasa la vida!, no había vuelto a Bouzas por estas fechas. Pero este año decidí ir. Me causó un gran esfuerzo y un dolor inmenso, porque aunque sabemos que en el tren de la vida hay pérdidas, no por eso dejas de querer ni de añorar.

Cuando llegué a Bouzas, comencé a recorrer las calles donde nací, donde jugué, la floristería de mi hermana Chicha, otra camarera del Sto. Cristo, los efectos de mi hermano Picho, el hombre que quiso a Bouzas como nadie, incluso cuando pasé por mi casa, sentí que mi madre, otra camarera, me llamaba... mi padre, presidente de las fiestas hasta que se murió... Y me sentí tan sola como una niña que perdió todo por el cmino. Pero duró poco, enseguida me di cuenta de que tuve casi todo, unos padres maravillosos y una familia increíble.

Perdonadme, fueron momentos de nostalgia, pero es que esta villa es mi infancia, mi juventud, aquí está mi casa llena de gente y en la que siempre había cabida para una más.

Y de pronto regreso al presente y me dirijo a la iglesia. Ya está la venerada imagen en el atrio, llevada a hombros por los costaleros y comienza la procesión. Detrás del Sto.Cristo va el ángel, nieta de una amiga, está muy linda. Y recorremos las principales calles de Bouzas inundándola de esperanza.

Terminada la procesión comienza la sesión de fuegos de artificio que han adquirido fama internacional y Bouzas se llena de luz y magia deseando que esta luz acabe con la corrupción, el miedo a la verdad, la injusticia, la soledad y, que de una vez por todas, aprendamos a usar la libertad, que es para todas, que tanto esfuerzo nos ha costado alcanzar.