1º No soy de Negreira.

2º No pertenezco al colectivo representado por la bandera arcoíris.

3º Me siento orgulloso de mis hijos y nietos que no discriminan a las personas por razón de: sexo, origen, naturaleza? (Léase el Título III de la carta de derechos humanos). Mis nietos en numerosas ocasiones y refiriéndose a sus abuelos y abuelas utilizan la palabra "guay", la percibimos como un piropo, no como un concepto vomitivo como usted parece entender.

Después de estas aclaraciones, contestaré a su carta al Director del 9-07-18 en la que, en una serie de circunloquios sin sentido, llega usted a la dolorosa conclusión: "Como lo de ser normal -o normalito- ya no se llevara o, incluso, fuera ridículo".

Le voy a contestar lo más rápido posible "sin tomarme días de sosiego, ni horas de maduración", pero sí con la celeridad y contundencia que se merece alguien que pretende menoscabar derechos o falta de respeto al ser humano. Para ello no he necesitado "ingerir tres gin tonic" como usted hace.

Sí puedo decir que después de esta carta me sentiré aliviado por contestar las barbaridades que usted expresa, al referirse al colectivo del Arcoíris diciendo: "Lastres de una patología o ideología radical, que solo suele superarse con los años". Esta forma de pensar la ejercitaban los nazis con los que ellos consideraban "anormales o anormalitos". He leído que los "camisas pardas" se "descamisaban" quemando: libros, librerías y apaleaban a gais, judíos y a cualquiera que no pensase como ellos.

Como despedida le diré que debería sentirse orgulloso de los políticos de Negreira, que es indudable que están, porque el pueblo los ha elegido y que a pesar de que pertenecen a un partido que no he votado nunca, sí respeto lo que han hecho y la opinión de los negreirenses al ponerlos en el Ayuntamiento.

El pueblo de Negreira se merece respeto, he tenido la oportunidad de visitarlo en numerosas ocasiones y nunca he visto ningún "tonto", pero a partir de la lectura de su carta me apena que en el pueblo haya aparecido el primero.

A pesar de lo dicho, un saludo para usted y un fuerte abrazo como desagravio a todos los negreirenses.