Es absolutamente reprobable que el régimen de Bachar Al Assad haya podido utilizar armas químicas para acabar con los últimos reductos de yihadismo que resistían junto a Damasco. El bombardeo de Israel en Siria es una mala noticia, puede ser el signo de que la guerra se ha hecho crónica con la intervención de nuevos actores. Todo ello después de que se haya pagado un altísimo precio en vidas. La coalición internacional liderada por Estados Unidos asiste, como en otras ocasiones, a una complicación de la situación sin tener una estrategia. Hace solo unos días Trump anunciaba que había llegado la hora de que sus tropas salieran del país. Estados Unidos parece querer marcharse sin haber solucionado uno de los muchos conflictos nuevos que han surgido de la guerra de Siria, el provocado por su apoyo a los kurdos.