"El bien, cosa excelente en su línea, lleva a Dios". Cuidado con la profecía o premonición: yo me decanto por la primera. Así hay que ver este juego de palabras. Admiten más definiciones pero lo que aquí figura es el sentido que quiero darle. Yo no tengo la culpa de que la mayoría no sepa inglés, ni se muestre interesado en buscarle un sentido. Si la sociedad es banal y la idiotez prevalece, no solo en este caso si la gente no lee, ese es su problema, pero la incultura es patrimonio de muchos que a lo largo de la Historia, han rubricado con todo lo antes dicho, y no pueden bajo ningún concepto asumir el poder; cuyas ideologías ya vimos lo que da de sí. Me refiero a los extremos: fascismo y extrema izquierda que denostan la cultura y todo lo que se le parezca.

Nunca mejor dicho que los extremos se tocan y es común a las mismas la irracionalidad de sus miras, marcándose objetivos irreales e irrazonables que conducen al fracaso hoy mañana. ¿Por qué digo ésto? Pues sencillamente lo vemos en nuestro país, donde por una parte están los abertzales, los rupturistas catalanes y otros que negocian con la suversión y, por otra el fascismo decandente de unas docenas de años atrás.

Los unos y los otros obcecados por su mala praxis no pueden ni deben ceder el mínimo resquicio de poder y si no que se lo digan a Trump, Maduro... Y la inmensa cantidad de dictadores que pululan por el mundo.

Asistimos a la migración de súbditos subsaharianos y otros que subsisten a duras penas y los que no mueren ahogados, no les espera un mundo mejor, ya que, pasando por el idioma, la formación, sus enfermedades, trabajo, etc, etc. En el futuro tendrán que irse a sus países de origen y afrontar ya en África, ya en Oriente Medio, la reconstrucción de sus países y sus vidas. Es lamentable pero es así. Lo dicho, va a durar años y los pobres no lo van a ver así, pues su existencia es sumamente precaria, y los colonialistas europeos, ávidos de sus riquezas y demás les otorgarán pan para hoy y hambre para mañana.

Vistas así las cosas asistimos a un empobrecimiento latente y gradual que veremos a lo que nos conduce: o sentamos las bases de una apuesta por y para mejorar o mis ojos o lo que queda de ellos no me permitirán ver un futuro halagüeño.

Obviamente el futuro está a la vuelta de la esquina y, de seguir así podemos vernos en un desatino total, pues de un lado está la desertización, la sobrepesca, la falta de acuíferos, la tala indiscriminada que conduce a la deforestación, los pesticidas, los plásticos de único uso, los transgénicos, los incendios forestales, la desaparición de especies animales, las guerras, la presencia de armas, el totalitarismo de los tiranos y muchísimas cosas más que no logro mencionar; no vaticinan lo mejor y más apremiante del momento que vivimos.

Yo no soy un santo, ni nada que se le parezca, pero hablo conmigo mismo y procuro apartarme del mal y rodearme de mi plácet al que he llegado con mucho esfuerzo y prontitud y pronóstico que merece ser tenido en cuenta... Que sean y se sientan felices. Hasta aquí hemos llegado muchos.

"En la mente está el origen de las cosas".