El pasado día 15 de mayo, festividad de San Isidro por cierto, se celebró en todo el mundo el Día Internacional de la Familia, declarado por la ONU en 1993. Es una muestra de la importancia que la comunidad internacional confiere a la familia, como unidad básica de la sociedad, y de la preocupación que existe por la mejora de la condición de muchas familias en el mundo. Sin embargo, corre el riesgo de quedarse en una mera declaración formal que pase inadvertida entre tantas conmemoraciones.

El factor más importante es descubrir la raíz que hace que la familia sea el lugar ideal para forjar valores y virtudes que nos hagan crear una manera de vivir más humana, lo que sin duda influirá en beneficio de toda la sociedad.