"El contable es un señor con el que no se cuenta casi nunca" (Ramón Gómez de la Serna)

El celo con que el magistrado del TS que instruye el proceso a políticos catalanes le está llevando a meterse en un berenjenal, cuya salida es difícil de pronosticar.

Presuroso para que el expresidente de la Generalitat sea extraditado por un delito homologable en la legislación alemana, se ha volcado en acreditar como indicios probatorios que se han malversado fondos públicos en la convocatoria y realización del referéndum del 1 de octubre.

Para la correcta calificación jurídica del presunto delito es condición necesaria cuantificar. Concretar los fondos malversados. Datos numéricos que han de aportar las partes actoras del proceso, la Fiscalía y la acusación particular. Ambas partes, hasta ahora, difieren en la cuantificación. Ignoro qué criterio habrá seleccionado el magistrado. Lo que sí parece ser es que se ha inclinado por dar validez al informe de la Guardia Civil.

Ahora, resulta ser que dicho informe incriminatorio no es compartido por la Administración de la Agencia Tributaria. A este organismo se le encomendó el 15 de septiembre del pasado año la intervención de las cuentas de la Generalitat. Y es aquí donde surge el problema. La Agencia Tributaria certifica que no ha habido desembolso público alguno para sufragar el referéndum. Dato que, al parecer, ha ocultado la Benemérita. De este informe del instituto armado he constatado que, como a la mayoría de los españoles, lo mal que se dan las matemáticas. Juzgue el lector. En la partida de gastos en vuelos, hoteles, actos de observadores internacionales, que no se identifican, se contabilizan 40.591,22 euros.

Es el total de la suma de 18.835,76+2.416,00+3.180,10+872,00. Sumando así yo hubiera suspendido matemáticas en Primaria, pues la calculadora totaliza 25.303,86 euros. Se preguntaba Henrí Poincaré, matemático francés, fines s.XIX, "¿cómo es posible un error en matemáticas?"

Se aportan en el informe facturas que se "desconocen si fueron abonadas o no". La malversación requiere el criterio contable de caja. Acreditar el pago y el destinatario del mismo. Lo dicho, ¡menudo berenjenal! Visto desde una perspectiva histórica, ¿no estaremos ante la frase atribuida al Gran Capitán, Fernández de Córdoba, cuando rendía cuentas a Fernando el Católico en la campaña de Nápoles?... "En picos, palas y azadones, cien millones".

¿Hubo cierta premura en la calificación jurídica de su señoría? Como bien dice la sabiduría popular, las prisas nunca fueron buenas consejeras. Creo que tiene más valor probatorio el informe de peritos tributarios, con mayor conocimiento matemático, esencial para una "verosimilitud contable", que lo que yo afirme o lo que diga el sargento Arancibia.