No te queríamos en nuestra vida, porque vivíamos felices sin ti. Habíamos escuchado hablar de ti, incluso te metiste con los nuestros, pero con suerte te íbamos ganando las batallas.

Te metiste en casa de mucha gente. Algunas lograron vencerte, lucharon para ganarte la batalla, pero desafortunadamente tú también ganaste batallas. Destruiste y destruyes muchas familias, borraste y borras muchas sonrisas, quitaste y quitas mucha felicidad pero nunca, nunca, nunca podrás con todos.

Me quitaste mi ilusión, mi sonrisa, una parte de mi vida. Pero algún día que no seré yo, ni mi hijo, ni mis nietos si llego a tenerlos algún día, alguien algún día hablará de ti como un mal recuerdo, porque tan desgraciado eres que nadie hablará de ti con cariño.

Te odio, te maldigo, ojalá nunca te hubiéramos conocido. Ojalá nunca te cruzaras en nuestro camino. Pero que sepas que serán muchos, e incluso quién sabe si yo también, los que te haremos frente y poco a poco irás desapareciendo de nuestras vidas.

Ese maldito 3 de julio de 2017 cuando me dijeron tu nombre se me paralizó toda mi vida. Porque esa es otra, tan falso eres que tienes mil y un nombres.

¡Maldito! Te estabas metiendo con una persona de las que más he querido en mi vida. Una buena persona, trabajador, humilde, una persona que tenía nombre que era papá, mi papá. Una persona que estaba disfrutando de su tan merecida jubilación, ¿qué tanto daño te hizo?¿qué tanto daño te hizo otra tantísima gente? ¿y los niños? Esos seres chiquititos que solo saben sacar sonrisas.

Eres malo, tóxico, dañino, lo peor de lo peor ¿no te das cuenta de que no te queremos? ¿no notas nuestro desprecio hacia ti? Solo sabes causar dolor y daño.

Has hecho que mis ojos solo vean en una dirección y esa sea el cielo. Y como yo tanta y tanta gente. Pero advertirte que te quedan muchos luchadores que te harán frente. Porque cada vez serán menos a los que puedas ganarle. Algo tengo que decirte, te dejan ganar no ganas. Porque ni para ganar vales.