No es el título de una canción de Dani Martín, es otro tema mucho más triste: el de los incendios forestales en Galicia. Los acontecimientos acaecidos en los últimos días deberían de suponer un antes y un después en la política forestal y de prevención de los mismos, que ya se ha visto ineficaz y superada por los acontecimientos. Decir frases como que "tenemos los mejores medios de extinción de Europa", "estamos especializados en apagar los fuegos ", etc. de poco sirve cuando el sistema falla en la prevención y en la casi nula detención de sus autores. Hemos visto cómo miles de hectáreas calcinaban en pocas horas paisajes de alto valor ecológico como la reserva de la biosfera de los Ancares, cómo en Carballeda de Avia el 75% y en As Neves el 90% de su masa forestal quedó destruida, cómo el fuego entró en el área perimetral de Vigo (Navia, Valladares, Coruxo, ...) algo insólito, dentro de una gran ciudad y así cientos de incendios en núcleos y poblaciones de toda Galicia, que han producido cuatro víctimas mortales.

Por otro lado, la policía empieza a investigar si "existe una trama o grupo organizado" detrás de los fuegos, que si los "globos de helio con bengala" encontrados en Salceda tienen o no capacidad incendiaria; en fin, si hay una intencionalidad criminal en estos hechos delictivos.

Lo que sí sabemos seguro es que pocos de los autores de los fuegos serán detenidos ni irán a prisión por falta de pruebas concluyentes; el último encarcelado era un brigadista autor de varios fuegos.

Termino diciendo, que sin una nueva política forestal eficaz de prevención de los fuegos (hay que recordar que en Galicia más del 90% de los montes pertenecen a comunidades de vecinos) y sin una investigación policial exhaustiva y minuciosa, igual que se le aplica al homicida o al terrorista, nada cambiará esta situación que ya se enquista en el tiempo. Tomar conciencia del serio problema que tenemos con los incendios en Galicia, supone poner las bases para su solución futura, ya que no nos podemos resignar a vivir en un país convertido en un erial explosivo de sangre y fuego.