La orientación sexual "condiciona" pero el sexo cromosómico "determina". Diferencia esencial olvidada en zona eurodólar 2017. Cuando el sujeto humano alberga contradicción en el par "sexo cromosómico/orientación sexual resulta impactado por dos fuerzas de dirección contraria que lo desgarran.

Urge ayudar a personas de sexualidad doliente. Y, en mi opinión, la actual ayuda oficial se planteó mal porque la corrección política no aporta soluciones médicas sino respuestas ideológicas de barniz médico canalizadas a través del sistema sanitario, lo cual, es cosa diferente. De esta manera el problema en lugar de resolverse, se enquista: situación previsible visto que:

1) el vector "determinante" (sexo cromosómico dotado de absoluta imposibilidad de cambio) se aborda reduciéndolo de forma arbitraria a categoría "condicionante", es decir: se le considera capaz de afrontar el cambio de sexo, decisión médica blanda que, al cabo, se sustancia en maquillaje químico y disfraz físico; en plata: tomadura de pelo vendida políticamente como "logro".

2) el vector "condicionante" (orientación sexual dotada de relativa posibilidad de cambio) se aborda elevándola de forma igualmente arbitraria a categoría "determinante", es decir; se la considera incapaz de afrontar el cambio de orientación, decisión ideológica dura basada en negar éxitos obtenidos por la ciencia psicológica en asunto de reorientación sexual.

Lamentablemente la ideología de género (IG) aparece asumida sin critica, sin reflexión y de modo oportunista por la clase política (derecha inclusive). Y también inyectada en los diversos peldaños del sistema educativo (universitario inclusive)? Y ¡ay de ti si te conviertes en diana de la nueva policía del pensamiento que tilda de herejía el dato científico divulgado que contradiga la fe ideológica o su aplicación política.

Por su condición totalitaria y pegajosa, la IG tiene atrapado en su dictak a un sector de la comunidad científica enemigo de los líos y sabedor de que la agotadora dedicación exigida por un mercado asfixiante y la dureza competitiva entre iguales pasa segura factura, ya sea en términos de enfermedad o de alienación. Son motivos de supervivencia los que mueven a callar. Pero alguna vez habrá que decir basta ¡...¿o acaso no vemos planear aquí y ahora los peores fantasmas del Siglo XX?: Mengeles de nuevo cuño y de cobayas, embriones humanos reemplazando a judios adultos /.