El pasado 19 de julio, después de 19 horas del inicio de la séptima sesión del juicio a los activistas saharauis conocidos como Grupo de GdeimIzik, los jueces anunciaron sentencias prácticamente idénticas a las emitidas por el Tribunal Militar, con penas de 20 años a cadena perpetua, dos de los acusados fueron liberados, DeichDaff y El LaarabiBakay que vieron sus sentencias reducidas al tiempo de prisión cumplido, 6 años y 6 meses y 4 años y 6 meses respectivamente.

Este caso fue enviado por el Tribunal Supremo al tribunal civil tras la anulación de la sentencia del Tribunal Militar emitida en 2013.

En este juicio no fue posible probar ninguna acción criminal por parte de los acusados, ni ninguna de las pruebas presentadas tenía relevancia para establecer causa-efecto, ni relación entre los acusados y supuestos delitos.

Una vez más Marruecos hizo oídos sordos a las recomendaciones internacionales, y el tribunal ignoró también las cuestiones planteadas por el tribunal supremo de Marruecos.

Es el momento de recurrir nuevamente, y ejercer presión a nivel internacional para la liberación de este grupo cuyo único "delito" es defender el derecho a la autodeterminación del Sáhara Occidental de forma no violenta y de acuerdo con lo establecido por las Naciones Unidas, la Unión Africana y diversos organismos internacionales.

Mientras que la cuestión del Sáhara Occidental no se coloque en la mesa de las Naciones Unidas como un caso prioritario y con el fin de la descolonización inmediata a través de la aplicación de las resoluciones aprobadas en las últimas cuatro décadas, Marruecos continuará masacrando al pueblo saharaui hasta que pueda alcanzar su objetivo de legitimar la ocupación ilegal ante la comunidad internacional, un crimen que solo será posible con la complicidad y silencio de la misma.

El pueblo saharaui no se abdicará jamás de su país como quedó claro durante los 7 meses de juicio durante los cuales en el corazón de Marruecos, los familiares, amigos, activistas y población saharaui que se desplazó más de 1.000 kilómetros desde los territorios ocupados, se manifestó bajo amenazas y ataques físicos y verbales frente al tribunal apoyando al grupo de GdeimIzik y a través de él todos los presos políticos.