Otro diciembre llega a su fin dejando tiempo de primavera. Ella se fue iluminada por los últimos rayos del año, mientras él se queda para darle sentido a la palabra amor. Se lo demostró cada día de sus vidas y lo sigue haciendo ahora desde su soledad. Un último mes de sentimientos encontrados.

Dichoso, porque puedo decir que el amor verdadero existe, que la frase hasta que la muerte nos separe no es solo una frase. Juntos han sido felices, muy felices... sé que ella esté donde esté le estará esperando para volver a dibujar en su rostro esa sonrisa que se apagó la primera semana de diciembre.

Triste por ti, por sentir el dolor del que se queda, del que amó como nadie que yo conozca pueda decir que ha amado, triste por el marido, padre, abuelo, bisabuelo que nunca se rindió y que ahora lucha contra la soledad

¡Te quiero abuelo!

Esperaba poder entregarte algún día estas palabras, pero no tuve valor, no quería que te sintieras apenado y hoy soy yo el que se siente abatido, decepcionado?

Una llamada, una noticia, una palabra... metástasis! Unas horas de vida, así de repente, aún hablamos por teléfono hace unas horas, pensábamos que Holanda estaba lejos y ahora qué. ¿Dónde te llamo ahora? ¿Cuánto de lejos estás ahora?

Igual las cosas simplemente se precipitan para que estéis juntos, para que seáis eternamente felices... pero los que nos quedamos aquí no podemos valorar ese punto de vista... porque te queremos y sabemos que has sido un padre 10, un abuelo 10, un hombre 10.

Con el corazón en un puño te doy las gracias por haber puesto a Miriam en mi camino y por enseñarnos las cosas importantes de la vida.

Hoy somos nosotros los que lloramos por ti, como tú lloraste cada día por la abuela desde que se fue?

Solo deseo que ya os hayáis reencontrado?

Dale un beso a la abuela ¡Os queremos!