El pasado día 22 de mayo se publicó en FARO DE VIGO un interesante artículo sobre el patrimonio histórico-artístico que gestiona el Concello de Vigo, lo cual me ha dado pie a escribir lo que sigue:

En el barrio de La Florida en Vigo, concretamente en el edificio situado en la Avenida de La Florida, esquina Camiño da Espedrigada, existe un cartel anunciando una marca de pinturas, cuya fábrica, de la que aún hoy se conserva parte de sus instalaciones, se encontraba en dicho camino. Cartel que se podría considerar el último vestigio de una importante zona, que no polígono industrial, de esta ciudad. No en vano en el referido entorno se localizaban industrias dedicadas a la fabricación de productos tales como: cepillos, vidrios, envases de aluminio comprimible; etc., conformando un área industrial no planificada, algo muy común en Vigo hasta hace bien poco tiempo, inserta en el tejido urbano de la ciudad en una época en la que convivían los usos industrial y residencial del suelo, e incluso el uso primario, de forma "natural".

Se trata de un cartel en el que se empleó el hierro como material principal, utilizando una caligrafía ecléctica para identificar la industria en cuestión, en el que aparecen además, la representación de la proa de un barco en clara alusión a la vinculación de la ciudad con el sector naval, y dos envases de los que fluye pintura de colores primarios pero llamativos, como lo son el rojo y el verde. Cabe destacar, a modo de contraste, que en la planta baja del referido edificio existió, hasta hace pocos años, una clásica tienda de ultramarinos, de las que vendían aceite y azúcar "a granel", la cual nunca dispuso de cartel identificativo alguno.

Desconozco la consideración jurídica del referido cartel ni la viabilidad de su conservación futura en el lugar que ocupa desde hace más de sesenta y cinco años, pero considero que este, como muchos otros carteles de uso comercial que han desaparecido del paisaje urbano de Vigo, es referente de un tiempo y unas circunstancias que lo hacen merecedor de ser indultado de la piqueta (igual que debieron serlo otros muchos, e intentar que sea declarado bien de patrimonio industrial o cultural de la ciudad) aún reconociendo que técnicamente se aleja de las proporciones y composición académicas propias de este tipo de elementos.

La Ley 5/2016, de 4 de mayo, del patrimonio cultural de Galicia, establece que solamente aquellos edificios, o bienes industriales de cualquier tipo, anteriores al año 1936 pueden optar a integrar dicho patrimonio.

También establece dicha Ley que, para que un bien sea declarado de interés cultural, han debido transcurrir treinta años desde su construcción o creación.

Considero pues que, al menos, este cartel cumple el requisito de la antigüedad para que pase a formar parte de nuestro patrimonio, y más teniendo en cuenta el expolio arquitectónico, en todas sus vertientes, al que ha sido sometido Vigo históricamente, ¡no se ha conservado un solo tranvía!