En este mi pueblo hay días que amanece encharcado en nieblas -la culpa es del Tambre por mucha poesía que se le eche piropeándola de ser su novia-, pero que solo despejan ya muy avanzada la mañana. Y ya pasado el mediodía, cuando se retira la niebla, descubrimos para nuestro asombro que a pesar de todo vuelve a brillar el sol y la vida continúa ya más alegre.

Tal cual esté, ir pasando la mañana. Me suele pasar alguna que otra vez, cuando al principio, al tiempo de leer la prensa y desayunar -un todo inseparable e indisoluble- contaminando el uno al otro según las noticias que leo. Ya digo que solo a veces, dentro de mi soledad, noto que algo que he presagiado ahora se está produciendo o eclosionando y tengo la segura impresión que me he quedado corto y desconcertado.

Viene esto a cuento de saber en el España-Israel si el señor Villar conocía la iniciativa de Gijón de haber aprobado en pleno la declaración de "libre del apartheid israelí". ¿No debería ser asesorada la selección por algún que otro politólogo? ¿Cuánto de, aparte de publicidad, aporta ese encuentro de fútbol económicamente a esa ciudad? Sería esta una buena ocasión para devolverlos al redil. Se merece Gijón esa alcaldesa y esos políticos que igual que los de este pueblo de Ciudadanos se atreven incluso a legislar abandonando los auténticos problemas de los vecinos. Sería esta una buena ocasión para recordarles el redil donde deben estar.

Sin ánimo de ofensa, en consideración a su buenísimo político, durante la elaboración de esta carta no ha habido maltrato animal de ninguna clase. Quede claro y como testigo mi gato que está descansando alegremente en mi regazo.