Somos lo que hacemos y hacemos lo que vemos, lo que nuestros padres han visto y, a veces, lo que no han querido ver a tiempo. Aún así nos empeñamos en buscar etiquetas para los comportamientos de aquellos que buscan la revancha de una vida injusta; de los que cegados por la ignorancia de frases escuchadas en boca de sus mayores abusan de los que son diferentes a ellos por el color de la piel, por un cromosoma "erróneo" o por su sexualidad. "Bully" significa matón, "bull" significa toro. Me parece tremendamente preocupante que cada vez haya más "toros matones" que no sean capaz de ver más allá del capote rojo que alguien les ha puesto delante. Lo triste es que los diccionarios no reflejan el calvario que ha tenido que pasar Lucía hasta no encontrar más camino a su sufrimiento que el suicidio. Ahora mismo, cuando estés leyendo estas letras habrá alguien cansado de luchar en una soledad que tan solo le abandonará en ese falso homenaje de expiación en el que los mismos profesores y alumnos que prefirieron mirar para otro lado bajo las excusa de una duda, aparecerán convincentemente compungidos ante las cámaras.

Es difícil ser optimista cuando las cifras muestran lo contrario, arropadas en un mal uso de las redes sociales; es difícil ser optimista cuando el ejemplo que tienen todos los días es el de una nueva mujer muerta porque un acosador lo decidió así; es difícil ser optimista cuando un catedrático ha acosado sistemáticamente durante años amparado en el silencio de la universidad. Con estos ejemplos bombardeando las cabezas de nuestros jóvenes no es de extrañar que unos "heroicos matones" hayan colgado en Internet como golpeaban a un compañero discapacitado psíquico. ¿Esos individuos serán el futuro de nuestra sociedad? La respuesta es inequívoca viendo que cada vez son más lo que alcanzan puestos determinantes socialmente utilizando como argumento una mayor agresividad y una falta total de escrúpulos.

Lucía ha muerto porque todos estamos muriendo cada vez que transigimos en una transformación social en el que el más agresivo imponga sus normas amedrentando a los demás en un colegio, en un trabajo, en una presidencia. En la vida.