Hace 25 años que se firmó el tratado de Maastricht. Por España lo hizo Felipe González. Desde aquella España no se puede quejar, pues esa firma le dio mucho brillo a nuestra nación.

Hoy, 25 años más tarde, la mayoría de los europeos no se reconocen en esta Europa, tienen sus dudas y son escépticos. El viejo continente ha perdido el brillo de esos 25 años pasados. Los políticos europeos se tendrán que mirar en el espejo para darse cuenta que reciben muchas críticas, siendo esto el alimento del populismo. La falta de confianza es un grave problema para el futuro. También el enlace entre la integración y la lucha contra la pobreza ha desaparecido hace muchos años, así como la cohesión social.

Muchos critican la forma de la UEM (Unión Económica Monetaria) entre el Norte y el Sur por ser muy diferentes y en la que vemos dos velocidades. Los políticos nunca prestaron atención a lo que quieren sus ciudadanos. ¿Cúales son sus deseos, sus sueños, problemas y qué es lo que no quieren?

Europa es un cuento a largo plazo por su expansionismo. Los políticos tendrán que recorrer muchos caminos para relatar a los ciudadanos el cuento de la nueva Europa. El tratado de Maastricht fue el primer paso que se dio, siguieron otros caminos equivocados y aún falta mucho para llegar al que todos queremos. La UE cruje desde sus cimientos y ya se ven las grietas. El ejemplo lo tenemos en el Brexit. Muchos predicen su derrumbamiento, pero esto no se producirá, pues nunca hemos visto una Unión construida. Se dice que la confi.Y justo la confianza es esencial para la estabilidad, seguridad y garantizar la consistencia dentro de Europa.