Uno de los problemas habituales que se encuentran los ayuntamientos, y en general los ciudadanos, es el deterioro del mobiliario urbano y de los espacios comunes de los edificios públicos. Es una triste realidad que en nuestro país sea muy difícil mantener un espacio abierto indefinidamente al público sin cámaras o seguridad debido a la poca conciencia social que existe con respecto a cuidar lo común. Lo público pertenece a todos y lo pagamos entre todos, pero debemos hacer una labor de conciencia.

El principal problema que nos encontramos es el vandalismo, frecuentemente producido por grupos de jóvenes e incluso de menores. Entonces, ¿cómo podemos resolver esto? Desde la educación y mediante la escuela.

La asignatura de Educación para la Ciudadanía fue un buen intento para introducir estos valores en la escuela, mas no deberían relegarse a una asignatura, sino que deberían inundar todo el espacio docente como valores intrínsecos a la convivencia en las aulas y haciendo un paralelismo de la ciudad y la escuela. Si los alumnos aprenden a cuidar el mobiliario y materiales comunes en el aula aprenderán a cuidar los elementos comunes que nos hacen la vida más cómoda en la ciudad.