Los bomberos tristemente son escasamente reconocidos por la sociedad en general; solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Los gobernantes modernos, que no escatiman en sus desproporcionados gastos, sí escatiman en cambio en servicios públicos. Uno de ellos es el servicio de Bomberos, pues suele haber escasez de medios y efectivos y la tendencia en muchos municipios es hacia la privatización y precarización de servicios en general y en ese en concreto.

En el caso de Vigo me sorprendió la decisión en los años 90 de cerrar el Parque de Bomberos existente en pleno centro de la ciudad, el mítico cuartel de la avenida de García Barbón, trasladándolo entonces al nuevo de Teis. Desde ese extremo de la ciudad acudir a una urgencia al centro de Vigo, a veces saturado de tráfico en determinadas horas, o a otros barrios alejados es poco factible. Cada minuto, cada segundo, en una excarcelación de ocupantes atrapados en un accidente de tráfico es vital, lo mismo en un incendio donde el fuego avanza con grandísima velocidad cada instante.

Se debería haber mantenido al menos un "retén de bomberos" en alguna instalación del centro de Vigo, ya que la lejanía del Parque de Teis o el del retén de Balaídos impiden la inmediatez de su actuación. Y es que además de la enorme franja de población del centro se complica la cosa ante la existencia de áreas comerciales, a donde acude gran número de visitantes, la cercanía de las extensas instalaciones portuarias donde son frecuentes percances a bordo de la gran cantidad de barcos, más proclives aún en los varios astilleros existentes, a causa de los trabajos de soldadura. Deberían tener esto en cuenta los excelentísimos e ilustrísimos gobernantes.