Los dos coruñeses que a través de internet obtuvieron, entre 2011 y 2012, numeraciones y datos de tarjetas de crédito necesarios para hacer compras por internet aceptaron ayer ser condenados a dos años y 16 meses de cárcel, respectivamente, por cometer un delito continuado de estafa y otro de autoblanqueo. Los imputados reconocieron que una vez que lograban utilizar los documentos de pago para adquirir productos por internet, la mayoría relacionados con la electrónica, los vendían por toda España a través de la red. Los sospechosos reconocieron que su objetivo era obtener dinero en efectivo.

Los otros dos implicados en el caso también se mostraron ayer conformes con ser sentenciados como autores de un delito de cooperadores necesarios para el autoblanqueo a cuatro meses de prisión y al pago de una multa de 2.400 euros. La Audiencia tuvo en cuenta la atenuante muy cualificada de reparación del daño.

Al igual que otros colaboradores dispersos por toda España que no han podido ser identificados, seguían las instrucciones de los dos cabecillas. Así, recibían a través de empresas de paquetería los efectos que ellos habían sustraído y los vendían o los reenviaban a los destinatarios que les indicaban. El precio de los productos que recogieron en Valencia los dos procesados asciende a 5.372 euros.

La Policía Nacional se incautó durante el registro que realizó en la vivienda de los dos coruñeses de las numeraciones de 21 tarjetas que habían conseguido, doce de las cuales fueron utilizadas para comprar, entre otros objetos, móviles, tabletas o dispositivos GPS. Los cargos fraudulentos realizados con estos documentos de pago ascendieron a 12.861 euros.

Cada uno de los líderes de la trama fue condenado a pagar una multa de 3.000 euros. La Fiscalía reclamaba en su informe sobre los hechos que el principal sospechoso fuese sentenciado a cinco años de cárcel; y su pareja, a cuatro años de prisión. Para los dos cooperadores necesarios demandaba una pena de un año y seis meses de cárcel.