Ante los últimos acontecimientos, una vez más, son muchos los que enarbolan como cierto el argumento de que un PSOE estable es una necesidad para el país. No estoy en absoluto de acuerdo con esa afirmación, según creo salida de mentes ególatras o de mirada estrecha. Son ya unos cuantos, en Europa y otros países, los partidos que se han desmoronado y el sol ha seguido saliendo en todos ellos. Son los votantes los que deciden qué 350 diputados van a ocupar los escaños del Parlamento y sus motivos para votarlos, los únicos argumentos válidos. Algunas mentes más claras dentro del partido, ante la caída libre del PSOE, se dicen que algo habrán hecho mal, pues sin duda eso debe de ser; que no lo han hecho muy bien es lo que piensa el votante. Ahora solo queda saber dónde está el suelo de su caída. Esté donde esté, el sol seguirá saliendo, probablemente con más brillo.