La esperanza del reencuentro y una investigación abierta son los pilares a los que se acoge la familia de Manuela Chavero, la vecina de Monesterio (Badajoz) que desapareció el pasado mes de julio, después de que la batida llevada a cabo ayer en el entorno del municipio haya concluido sin resultado.

Rostros de desilusión y suspiros de desánimo se han visto y oído en la tarde de ayer en la citada localidad pacense entre las cerca de 400 personas que han participado en el operativo de búsqueda de Manuela Chavero, de 42 años, cuyo rastro se perdió el 5 de julio en su casa situada en las afueras del municipio, adonde había regresado tras estar con una amiga.

Pozos, embalses, zonas escarpadas y amplias áreas de terreno han sido "registradas" palmo a palmo, metro a metro, por efectivos de diversas unidades especializadas de la Guardia Civil, Policía, Protección Civil, DIA, Cruz Roja y bomberos, así como por decenas de voluntarios.

Sin embargo, el dispositivo, apoyado con unidades caninas de rastreo, medios aéreos, vehículos todoterrenos y buceadores, no ha dado el resultado que todos querían: obtener algún indicio o rastro de Manuela, en trámites de separación y con dos hijos de 14 y 6 años.

A pesar de ello, su familia y sus vecinos no pierden la esperanza y así lo han trasladado al finalizar el operativo, cuya organización ha sido impulsada por la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas QSDGlobal, presidida por el periodista Paco Lobatón, que ha mandado un mensaje de aliento.

"Cualquier batida que se realiza para buscar indicios de personas desaparecidas tiene su resultado, pues, aunque no se obtenga ningún dato, permite reorientar las investigaciones", afirmó Lobatón, que también estuvo presente en el dispositivo de búsqueda.

De hecho, responsables de la Guardia Civil afirmó que este instituto armado seguirá investigando la desaparición de Manuela, a la que tanto su familia como sus conocidos añoran.

Fueron más de siete horas de búsqueda sobre un terreno perimetrado y seccionado en "15 áreas", calificadas como "zonas calientes".

En función de las características del terreno, los grupos más técnicos, formados por efectivos policiales adscritos a unidades especializadas, y los de voluntarios han peinado el terreno, con la instrucción de que al menor indicio o rastro avisaran al Puesto de Mando, ubicado en el albergue "Las Moreras", de Monesterio.