Me ha llamado la atención leer que, en Rusia, han creado un chocolate que prolonga la vida -o eso creen ellos-. Está elaborado con erizos y estrellas de mar, junto con limón. Dice la Academia de Ciencias de dicho país que este extracto logra ralentizar el envejecimiento.

Desconozco si este descubrimiento ha sido testado el tiempo suficiente como para certificar que, efectivamente, surte el efecto deseado. Lo que sí se demuestra, con este y otros muchos experimentos, es que continúa vigente el afán, tan antiguo como la propia Humanidad, por querer ser siempre jóvenes y, por ende, retrasar el momento de morir.

Sabemos que hay una edad cronológica y otra mental. Pero no podemos evitar que nuestro cuerpo muestre las huellas del paso del tiempo, aunque tratemos de disimularlas con cuidados o cirugía. Pienso que no debemos entristecernos por ello, al contrario, hemos de asumirlo con naturalidad. Si no puedes con tu enemigo, únete a él? dice la famosa sentencia. Yo lo corroboro.