Sin duda todos ustedes se habrán fijado en esas plantas con forma de plumero que con frecuencia vemos en los márgenes de carreteras o en fincas privadas. Se trata de la "cortaderia, plumero o hierba de la pampa": una especie sudamericana que llegó a Galicia como planta ornamental y que también fue introducida por ingenieros para evitar corrimientos de tierras, por ejemplo en las autopistas. El conocido plumero puede llegar a medir 3,5 m de diámetro y 4 m de altura. En cada uno de sus característicos penachos hay hasta 100.000 semillas que son fácilmente dispersadas por el viento, el cual las puede transportar hasta a 30 Km. de distancia. Si a esto le unimos su enorme adaptabilidad a una gran variedad de ambientes, que puede soportar temperaturas de hasta -15ºC y que además rebrota después de un incendio, entenderemos que su dispersión exponencial la haya convertido en una peligrosa plaga que supone un grave problema medioambiental.

Si prestamos atención nos daremos cuenta como en muy poco tiempo estos plumeros se han extendido por toda la comarca de Vigo, Nigrán, Baiona y O Morrazo, lo cual sin duda está provocando una gran degradación de nuestro paisaje, además de representar un riesgo real para el mantenimiento de zonas naturales, como por ejemplo el estuario del Miñor, ya que esta planta foránea coloniza los hábitats donde crece la vegetación nativa y se establece como especie dominante. Esto provoca una brutal pérdida de biodiversidad, ya que en aquellos lugares donde crece el plumero desaparece el 80% de la vegetación, un porcentaje mayor incluso que el de un eucaliptal.

Además de la pérdida de diversidad, el plumero ocasiona una gran cantidad de problemas, como el incremento de los costes de laboreo, la pérdida de valor agrario de la tierra, el empobrecimiento de la calidad de los pastos, el descenso del nivel freático, el colapso de las redes de riego, la obstaculización de sendas y caminos, así como el hecho de que favorece la propagación de incendios. Por si esto fuera poco, el plumero es peligroso para la salud humana por su gran producción de polen al final del verano y el principio del otoño, afectando a las personas con problemas alérgicos.

El plumero es una planta tan sumamente difícil de erradicar que resulta imposible hacerlo si no es mediante el uso de herbicidas, con las negativas consecuencias que esto tiene para el resto de la vegetación. Por otra parte, una vez que se ha extendido, los costes derivados de su control y de los programas de restauración y conservación de ecosistemas son muy elevados. A la vista de esta amenaza urge que, cuanto antes, las autoridades adopten medidas para su contención y eliminación, aplicando la legislación sobre la Conservación de los Espacios Naturales y de la Fauna y Flora Silvestre, de Impacto Ambiental, de Sanidad Vegetal, etc.

También es necesario que todos tomemos conciencia de este problema ecológico y que adoptemos una posición activa para frenar la expansión del plumero de la pampa, eliminando las plantas de nuestras fincas y dejando de llevarla a casa como adorno, ya que estamos contribuyendo a su propagación.