El 29 de mayo, se hizo efectiva la retirada de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo internacional.

Titula el diario Granma que sale de una lista en la que nunca debió estar pero la cuestión no es que no debiera estar sino las razones por las cuales los EE UU decidieron, de forma unilateral, su inclusión.

Esta decisión tomada por el presidente Reagan en 1982, basada en el apoyo de Cuba a la causa revolucionaria en América Latina y en el mundo, se me antoja que fue una forma más de endurecer el embargo/bloqueo ya que las consecuencias de tal inclusión son devastadoras y su mantenimiento a lo largo de más de tres décadas solo demuestra que los sucesivos presidentes han seguido unas políticas que ahora no han tenido otra alternativa que rectificar.

¿La simple manifestación de apoyo a una causa revolucionaria es suficiente para que te cuelguen la etiqueta de terrorista? Que autoridad se arrogan los EE UU para decidir qué países si y cuales no forman parte de esta macabra lista al margen de las decisiones que se toman en la ONU, donde Cuba ratificó todos y cada uno de los acuerdos en contra de esta materia.

Esto es, en síntesis, lo que pasó pero a la pregunta de ¿Qué pasa?, solo procede responderla con otra ¿ha abandonado Cuba los ideales de la revolución?, a mi modo de ver, no, y parece más lógico pensar que lo que buscan los del norte es un mercado de once millones de consumidores para, de alguna forma, incluirlos en la lista de sus posibles clientes.

El Sr. Reagan, como político, perteneció a los dos partidos, Demócrata y Republicano, lo que da una idea de su consistencia ideológica, como actor, fue mediocre ya que las películas en las que participó están catalogadas en la "serie B", quizás su destino debería haberlo llevado a otra faceta ya que con esta actuación que comento seguro que se ganaba un buen puesto en el género de novela negra por su atmosfera asfixiante, de miedo, injusticia e inseguridad.

La mayoría de las voces que se escuchan para calificar la decisión son de apoyo, basta nombrar a José Mujica pero todavía quedan algunos como el republicano Jeb Bush que lo considera como una "concesión unilateral" a Cuba, a éste decirle, unilateral de la misma forma que lo fue la inclusión y recordarle la vieja frase "la verdad siempre es revolucionaria".