Todavía recuerdo con nitidez el día que mis padres nos regalaron unas huchas de Caixavigo. Eran rectangulares y estaban realizadas en plástico semitransparente de color ámbar. No fue Caixanova la que me colocó obligaciones subordinadas a 10 años, pero sí Caixagalicia. Otra entidad que presumía en su estrategia comercial de invertir en Galicia el ahorro de los gallegos. Pero, infelizmente, ese ahorro quedó atrapado en el ladrillo de Levante. Solo así se entiende que el engendro Novagalicia Banco tenga tanto empacho de ladrillo como Catalunya Caixa, el Banco de Valencia o la Bancaja de Bankia, ostentando el triste honor de completar el elenco de entidades nacionalizadas. Como miles de gallegos, contraté el producto bajo la apariencia de una imposición a plazo, a un 3,12% anual, y con plena disponibilidad si otorgaba a la entidad un plazo de 4-5 días. Esta tarde, después de intentar desconectar durante el fin de semana de esta pesadilla que comparto a tiempo real con otros miles de afectados, decidí consultar la banca electrónica, por si encontraba alguna novedad tras el anuncio del FROB del viernes, 22 de marzo. Y así fue. Mi sorpresa no fue otra que encontrarme con una plusvalía latente en rojo brillante de nada más y nada menos que 9.995,59 euros, lo que supone un 48,99% de mi "inversión". Esto, cuando el FROB anunció una quita media del 22% para las obligaciones subordinadas con plazo de vencimiento. Si, como es mi caso, multiplicamos el coeficiente anunciado del 1,5% por 30 meses, contados desde el 31 de diciembre de 2012 hasta el 04 de julio de 2015 (fecha de vencimiento de mis obligaciones), tendría que asumir una quita del 45%, que no es pecata minuta. Tal vez, sería un buen momento para que, ya que los ahorradores parecemos irremediablemente abocados a una pérdida de ingresos traumática, los políticos, y especialmente los que tenemos más cercanos, asuman con humildad los errores cometidos, con independencia de su color político, y exijan responsabilidades a los que, en su momento, gestionaron con codicia los ahorros de los gallegos.