Con motivo del pasado día del Enfermo Mental quiero hacer una denuncia social por la impotencia que sentimos, frente a las autoridades que competen, sobre el tema de la salud mental, problemática más acusada en Galicia… El pasado fin de semana salió en las noticias que un enfermo con esquizofrenia había matado a sus padres, ya mayores, él incluso estaba impedido. Me uno a esa familia y a las miles de familias que a día de hoy sufren los abusos de la Administración por el TOTAL ABANDONO, tanto de los enfermos, como de los familiares que están a su cargo. Ésta no será la última muerte por este tema, ya que por desgracia, dentro de la salud mental la última apuesta de las autoridades sanitarias era precisamente el lema de: puertas abiertas en los psiquiátricos. Consistente en ir eliminando los psiquiátricos y demás centros de salud mental, para que sean los sufridos familiares los que atiendan a los enfermos en sus casas. Sin tener en cuenta, si la edad o las capacidades físicas o psíquicas de las personas que los cuidan, son las más adecuadas, y pueden o no, hacerse cargo de los mismos. Este no es el único caso que ha salido a la luz pública últimamente, ya que la semana pasada en un edificio, un grupo de vecinos denunciaba que otro enfermo de esquizofrenia también les estaba haciendo la vida imposible; incendiando hasta su propia casa, con el consiguiente peligro para todos los que vivían en el inmueble.. Aun habiendo estas denuncias no se toma cartas en el asunto hasta que no haya más muertes por medio. Los facultativos, seguramente presionados por la Administración, se dedican a dar altas sin ton ni son, aún a sabiendas que estos pacientes volverán a dejar de tomar la medicación; debido ello a que forma parte de su enfermedad, ya que progresivamente van perdiendo la capacidad de autogobierno. Para los padres es misión imposible obligarlos a tomar la medicación y vigilarlos para que no la mezclen con sustancias y alcohol, cuyo resultado es el descontrol total del enfermo.

Denuncio el sufrimiento de tantas y tantas familias que, como yo, sufren a diario la sobrecarga emocional de tener un familiar enfermo en casa. Nadie se inmuta por el sufrimiento de los enfermos y de sus familiares, hartos ya de tanta impotencia y abuso de sus derechos. Hagamos entre todos una conciencia social y rompamos con el estigma social de las enfermedades mentales. Los enfermos mentales tienen los mismos derechos, sentimientos, emociones, valores y capacidades que cualquiera de nosotros y como tal debemos de tratarles.

Señores políticos urge un cambio drástico en la sanidad mental de este país…