Me hace mucha gracia el escándalo farisaico del PP. Se llevan las manos a la cabeza porque los socialistas, haciendo lo propio, van a permitir que una niña de 16 años aborte sin el consentimiento de sus padres. Vamos a ver, lo grave no es que una niña de dieciséis aborte sin el permiso paterno, lo grave es que cualquier mujer, de la edad que sea, aborte, con o sin permiso. Evidentemente, el problema es mayor cuando es una menor la que se queda embarazada, no sólo por el hecho de quedarse embarazada, que parece que es esto lo único que preocupa a los progenitores, sino que siendo una menor ya haya tenido relaciones sexuales.

Nos escandalizamos de que niños y niñas a partir de los doce años fumen, beban, se droguen, puedan ver películas violentas o que vayan en el coche montados sin un asiento especial adaptado a su edad y no se nos mueve un pelo al saber que estos niños tienen relaciones sexuales. Lloramos amargamente cuando oímos noticias de niños y niñas a los que utilizan como esclavos sexuales y nos quedamos indiferentes sabiendo que nuestros niños con esa misma edad ya lo son, de otra forma que pasa más inadvertida, pero también han perdido de la misma manera la inocencia y la saludable ingenuidad propias de su edad. ¿Es esta manera de proteger a la infancia? La naturaleza humana tiene sus ritmos y cada experiencia de la vida tiene su edad. Forzando a los menores a tener relaciones sexuales tempranas estamos haciendo de ellos unos viejos prematuros, estamos robando a estos niños la infancia y la inocencia. Efectivamente, nadie les obliga –dirán algunos- pero nadie les educa en lo contrario; al revés: programas de televisión, series, ambiente y ahora ¡hasta asignaturas del colegio!, animan a la precocidad juvenil ¡e infantil!, no olvidemos que son menores.

¡Cuanta hipocresía! Tratamos de proteger a los menores del maltrato educándoles en la indisciplina y así sean ellos los maltratadores, les prohibimos ver películas violentas pero nadie les censura actitudes criminales, intentamos proteger su intimidad ante las cámaras y focos y no sólo les llevamos a una recepción oficial con el presidente de Estados Unidos sino que les permitimos ir vestidos de adefesios para mofa de medio mundo. Curiosamente ahora que tanto se habla de protección a la infancia es cuando más des protegidos están los menores y cuando más vapuleados están sus derechos, empezando por los de los que todavía no han nacido.