Es inquietante lo poco que los intelectuales de España y sus naciones nos hablan de Imre Kertész cuando dice que el Holocausto, como la muerte de Jesucristo, determinará el núcleo duro del pensamiento y el arte del hombre durante siglos. La posibilidad contraria implicaría un futuro devastador, donde una mayor hecatombe podría producirse en el planeta. No podemos imaginarnos algo que vaya mas allá de la Shoah. Pienso en Carlos Marx, en la vida y la muerte de Irene Nevirovski, en la no escritura de Paul Celan, en Sandor Marai, en Vassili Grossman, en Primo Levi cuando establece la máxima categoría de crueldad en el nazismo. E insiste en que ni siquiera con el stalinismo comunista debe compararse.