Réplica a la carta de Guillermo Juan Morado sobre mi artículo,señor Obispo,con perdón. Guillermo Juan Morado, un señor de Mondariz, escribe una carta en FARO DE VIGO, calificando como lamentable un escrito mío en las páginas del especial del Baixo Miño. Empieza diciendo que yo aprovecho una anécdota del alcalde vigués para arremeter con total injusticia contra el Obispo. La anécdota a la que hace referencia se produjo cuando el máximo regidor de Vigo dijo que la diócesis debía llamarse sólo con el nombre de su ciudad. Esa estupidez ocupó la primer página de un periódico e indignó a muchos tudenses. Por lo tanto yo creo que se debe contemplar como algo más que una anécdota. Me acusa después de atacar al cristianismo. Nunca atacaré yo a los discípulos de Jesús de Nazaret. Lo saben mis lectores.Lo supieron en su día todos los profesores, familiares y amigos que tuve y tengo: mis padres,D. Basilio,D.Ángel Valiño,D. Julián Cuntín,D. Servando Bugarín,D. Ricardo García,D. Domingo Muela (Canónigo penitenciario de la Diócesis de Cuenca, compañero mío en los campos manchegos y que practicaba siempre el humanismo cristiano con creyentes y no creyentes) y lo saben todos los que me conocen. Pero, mal que le pese al señor de Mondariz,estaré frontalmente en contra de los silencios del Vaticano sobre Hittler,las ventas de indulgencias, las Santas Inquisiciones y sus crímenes,etcétera.A eso me refiero cuando hablo o escribo de los silencios vaticanistas.En Tui, en 1933,un semanario popular, Tribuna era su cabecera,ya advertía de lo que se podía esperar del nazismo y de las matanzas de judíos que se estaban produciendo en Alemania ya en aquel momento. El Vaticano guardó silencio durante muchos años. Señor de Mondariz, le agradezco muy mucho que usted diga que lo que yo buscaba en mi artículo solicitar solemnemente que la Iglesia Católica se manifieste claramente a favor de enterrar dignamente a los muertos y devolverles la honra. En mi familia,oxidada (no sé si empleo esta palabra con ánimo de injuriar; conste que no injuria) o enferruxada como usted quiera, no ha habido ni muertos ni asesinos. Pero,por convicción,mi familia es para mí,como para Jesús y San Pablo, todo el género humano. Efectivamente, quiero que se dé sepultura a los difuntos y que se borren de sus historias las calumnias con las que fueron ellos y sus familias injuriados, denigrados, degradados durante muchos años. El cristianismo primitivo, el de antes de Teodosio, entendería perfectamente mi posición. Muchos del actual también.Su sector, sin duda,no.Pero no confunda usted todos con algunos, por muy “elegidos”que se consideren a sí mismos. Puede que yo no haga un buen servicio a Tui, como usted afirma tan frívolamente,pero le prometo que quiero hacérselo, porque yo soy humano y mi ciudad es parte de mi humanidad y muy querida. Quizás me equivoque a veces,porque para no equivocarse nunca están las personas como usted y su sector. Señor de Mondariz,miembro destacado del “Opus Dei”,canónigo penitenciario de la Diócesis de Tui-Vigo,no me importa un comino mi ciudad, ni el obispo como persona, ni la diócesis de Tui, como usted afirma en un ejercicio que puede parecer de “pelotilleo” a su jefe temporal.Pero sépalo,por si acaso tiene intención de volver a escribir de mí,me importan un comino,después de leer su carta, las opiniones de los que tergiversan las cosas.Por lo tanto,puede estar seguro que es la última vez que le escribo. Y no se arrogue,en una especie de totalitarismo, la representación de todos los católicos. Muchos pueden pensar incluso como yo y de otras formas distintas de la suya y la mía.Venga más por Tui usted también, que los pecados reservados al Papa los tiene que confesar usted. El Papa delega en usted y usted no aparece, ni siquiera cuando escribe de mí en FARO DE VIGO.No se oculte,señor de Mondariz,aunque no sea pecado, no es honrado. De las cruzadas, de Galileo,de Darwin y de la educación católica recibida por mí, no considero necesario ni rebatirle porque usted, reverendo, eleva a la potencia del todo sólo una parte, lo que revela un cierto sectarismo. Usted siga bien.