Últimamente venimos presenciando un preocupante aumento de unas curiosas reivindicaciones: que el castellano no desaparezca de nuestras vidas. Digo curiosa porque me parece rematadamente imposible que esto ocurra.

Me gustaría preguntárselo a las numerosas personas que escriben cartas -como ésta- a los periódicos alertando de la extinción de un idioma claramente mayoritario en la calle, de un idioma "desterrado", llegan a decir algunos. No hace mucho que dejé el colegio y la universidad. Y nunca, repito nunca, he visto ese problema en mí ni en ninguno de mis compañeros. Se quejan de que el gallego se impone, y no alcanzan a entender que se trata de un trato de igualdad entre dos lenguas que son cooficiales, que la ley contempla como iguales. Porque del mismo modo que se reclama una enseñanza íntegra en castellano, podría reclamarse una enseñanza íntegra en gallego. O una mixta. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Construimos el triple de escuelas para que cada uno pueda elegir en qué idioma quiere recibir sus enseñanzas? Ojalá fuera posible, y que cada uno se expresara como quisiera, como hace en la calle. Pero, claramente, me parece una utopía.

Así pues, me gustaría que se rebajara el tono de tensión que algunos colectivos están alzando transformando la realidad y diciendo que el castellano va camino de desaparecer como si esto fuera el Apocalipsis, algo que es mentira. Sinceramente, no entiendo esta oposición a aprender gallego. A veces parece como si estorbara. ¿No es triste despreciar así la cultura?