Me encanta ir al cine a ver una película, cualquier película, porque razón tenían aquellos que en su día lo llamaron "el séptimo arte".

Pero este arte se está transformando en "elitista", para desgracia de muchos.

Ayer pagué horrorizado la friolera cantidad de 6,60 euros por persona para ver la última entrega de Indiana Jones, y gracias a que la película es entretenida, te olvidas a la media hora del sablazo que te han pegado para verla, casi 20 euros por tres personas (y la sala vacía, por supuesto).

¿Realmente no se dan cuenta las empresas que gestionan las salas de cine, que bajando los precios en vez de subirlos rentabilizarían mucho más rápidamente su negocio?

Está más que claro, que si el cine me costara 4,50 euros, iría dos veces por semana en vez de una cada dos, y las salas estarían más llenas (no hace falta ser una lumbrera para darse cuenta de ello).

Y aún encima, tienen la "gentileza" de poner más caras las salas de los estrenos, con la excusa de que las pantallas son más grandes...

Y ya no hablemos de los aditivos, refrescos y palomitas a precios totalmente desorbitados.

Teniendo en cuenta que la tecnología del "home cinema" cada día está más avanzada, ver una película en casa se parece cada día más a estar en el cine, y los "aditivos" los tienes a precio de supermercado. Más le valdría a dichos empresarios replantearse su postura si no quieren ver desaparecer sus negocios. A mí, personalmente, me dolería en el alma.

Desde muy joven voy al cine todas las semanas, y ahora sólo voy una o dos veces al mes, y como yo mucha gente. Entren en una sala y juzguen por ustedes mismos.

Ahora veo cine en casa por 1,5 euros, "aditivos" incluidos.