Estoy a favor de que se celebre un referéndum sobre la independencia del País Vasco, pero en él deberíamos votar todos los españoles. Por muchas mentiras históricas que inventen los nacionalistas (que sería muy útil desenmascarar con más decisión), la verdadera realidad histórica y social es que el País Vasco, desde sus orígenes políticos, siempre estuvo unido a España. La propiedad colectiva de España es de los españoles, y sólo todos los españoles podríamos decidir si queremos desprendernos de una parte de nuestro territorio.

Imagínese usted que Euskadi se independiza tras el referéndum de Ibarreche, y a continuación los habitantes de Álava hacen otro referéndum y se independizan de las otras dos provincias y vuelven a unirse a España. O que los ciudadanos de Hondarribia votan que se van y se reincorporan a Francia. O que la zona oeste de Vizcaya decide unirse a la comunidad autónoma Cántabra y se segrega de Euskadi. ¿Lo permitiría el nuevo Gobierno Vasco?

Una decisión importante sobre una propiedad de una empresa o sociedad con muchos propietarios no la puede tomar un grupo particular de miembros de esa sociedad, sino todo el conjunto.

Las fronteras de un país pueden cambiar, y ese cambio puede hacerse o de manera violenta, o por la decisión libre de todos los habitantes de ese país y de sus legítimos gobernantes.

Hagamos el referéndum, porque si no se hace algunos independentistas pensarán que hubieran ganado y será peor. Pero no nos andemos con rodeos y preguntemos: ¿Independencia sí o no? Y sobre todo, votemos todos los españoles.