Después de un largo tiempo reaparece ahora el Instituto de Estudios Tudenses tras casi cuatro lustros de silencio. Nace su primer boletín: Castellum Tyde, presentado públicamente la tarde del pasado 24 de marzo en un extraño marco físico: el Museo Municipal de Tui -de novedosos salones pero carentes de contenido alguno- Símil paradójico: Instituto sin apenas alumnos, Museo sin objetos.

Pensamos (algunos, por cierto) que un Seminario, Fundación, o si se prefiere llamar "Instituto", debería ser algo más que un simple santuario -como diría irónicamente Cervantes- "de personalidades de ampulosa pluma, gran oratoria y buen sillón", y concebirse sí como ente verdaderamente activo y sin barreras, dedicado fundamentalmente al estudio y divulgación de los distintos aspectos históricos de una cultura peculiar, la miñota. Al fin y al cabo la investigación y la concienciación de la necesidad de salvaguardar nuestro patrimonio -tanto el paisajístico como arquitectónico- debería ser el único fin de importancia para una asociación cultural de corte patrimonial. ¿Se prefiere mejor un foro hermético, de "admiradores de su propia letra", como también apuntaría el fabuloso autor del Siglo de Oro Español?

J. Vila Botanes, J.J. Vilches Saco, J.M. González Fernández, E. Fernández de La Cigoña, F.J. Costas Goberna, X.M. Sigüenza, P. Martín Blanco, J. Juega Puig, S. González Soutelo, A. de La Peña Santos, A. Acuña Piñeiro, D. Cameselle Bastos, X.M. Malheiro Gutiérrez, A. Ferreira, J.M. Villa Alvarez, J.R. Fernández, R. Rodríguez Otero, D. Alvarez Fernández y muchos más, encabezarían una larga lista de autores y estudios que también han escrito y vivido, de una u otra manera, mucha historia rayana. Han paseado por sus prados y montañas, descubierto castros y yacimientos y abierto muchos legajos relativos a este marco geográfico concreto, y por supuesto han divulgado de muchas y variadas formas distintos aspectos culturales del Baixo Miño y Tui. El olvido, o simplemente la no inclusión de los mismos (y otros muchos) en tal Instituto pone en evidencia un funcionamiento anormal y desusado, más propio de otras décadas, y poco acorde a un concepto democrático y moderno de cultura,

No sé porqué, pero el espíritu de estos institutos siempre me recuerda al afán de aquellos alumnos aventajados que protegían sus exámenes a codazos ante cualquier intento de visualización de sus cuartillas por parte de sus compañeros de estudios. Cosa de "bachilleres con mérito", cosa de institutos de secundaria (por cierto, ya teníamos uno en Vigo, ahora otro en Tui).