Me refiero al Hermano Donaire, director de la Residencia de los Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis. Los que ya lo conocéis no os alarméis en exceso porque sus problemas son los de siempre, simplemente os digo que el Club de Leones organiza hoy sábado día 5, en el Hotel Bahía, a las 9.30, una cena con sorpresas para recaudar fondos con los que poner un parche a su maltrecha economía. Informes señor Mori: 667779917.

Y para los que aún no lo conocéis, ni a él ni a su casa, sabed que nació en un pequeño pueblo agrícola de Jaén, Fuensanta de Martos, en el año 1937, y a los 20 años emigró con su familia a Barcelona en donde desarrolló su vocación religiosa, siempre en el campo de los más marginados, enfermos y pobres, lleva muchos años entre nosotros como director de la Residencia de Teis, en donde se alojan unos 300 residentes-transeúntes.

Entre sus grandes virtudes destacaría en él, su gran fe en La Divina Providencia que dice le saca diariamente de múltiples atolladeros, su inmenso amor al prójimo y su gran corazón, y tiene que dar gracias a Dios por su extraordinaria forma física que le permite soportar el ritmo de vida que lleva sin reventar. Es un auténtico "todo terreno" y será muy raro verlo inactivo. Lo podéis encontrar cortando pelo y uñas a un interno, fregando el suelo del alón o de telefonista a las 11 de la noche y hasta bailando sardanas con la colonia catalana el día de la fiesta de Montserrat. Es un gran ejemplo para su comunidad, residentes y colaboradores.

¿Defectillos?, sin duda su ingenuidad, aunque estoy empezando a sospechar que más que engañarle, se deja engañar. Y viéndole actuar, hay quien piensa que sobrepasa sus propios límites, y que como consecuencia de ello se mete en innecesarios y angustiosos problemas económicos y de otras índoles. Él se defiende diciendo que le van a juzgar no sólo por lo que ha hecho sino por lo que habiendo podido hacer no hizo, y añade, que si a media noche la policía le lleva a un mendigo que encontraron tirado en la calle, y él no dispone de un cama vacía en la residencia, siempre abrirá la puerta para que, una vez duchado, ropa limpia y cenado, duerma en una butaca del salón arropado por una manta.

Y termino contándoos una anécdota personal reciente que refleja a la persona y a la casa: Un culto señor de Vigo, con buen trabajo y familia estable, perdió todo ello por problemas con el alcohol y acabó abandonado tirado en la calle. Y como tantos otros en circunstancias similares ingresa en la Residencia de Teis, y allí se rehabilita. Pero para superar el problema del alcohol se necesita, además de ayuda, una enorme fuerza de voluntad, y a la enésima recaída agota la paciencia del H. Donaire que le invita a dejar la casa. Vuelto a su antigua mala vida, duerme debajo de un puente en la Estación y contrae una grave enfermedad, ingresando en el Xeral. Allí le visitamos mi mujer y yo, y como es de una fuerte constitución, logra recuperarse. A punto de recibir el alta, horrorizado ante la perspectiva, llorando me suplica que le pida al hermano Donaire que lo readmita, prometiendo que después de lo pasado esta vez sí que iba a regenerarse.

Hablo con el Hermano y ésta es su respuesta: "Paco, cómo no lo vamos a readmitir si esta es su casa y no tiene otra"