"Españoles, Franco ha vuelto", declaró un pálido expresidente Arias Navarro, al tiempo que un generalísimo de unos 10 años de edad, y con claros síntomas de desubicación histórica, se presentaba sin haber sido invitado, a la 21 edición de la Voda da Pita del barrio de As Eiroás, para animar a los novios, dado que el país ya había evolucionado, a casarse con la anuencia de la Iglesia pese a haber mantenido relaciones previas al matrimonio.

Fue una de las incorporaciones que realizaron ayer al texto teatralizado, los Amigos da Pita de As Eiroás, los mismos que hace ya 21 años pusieron en marcha un Entroido con un personaje con nombre, traje y máscara propia: "A Pita". Su nombre proviene de una historia real del núcleo de As Eiroás, la boda que hace muchos año contrajeron dos viudos y vecinos del barrio, Gumersinda Benavides (apodada A Pita) y Antonio Guimaraes, sin tener el detalle de invitar a una ronda a la parroquia.

"Cada año intentamos introducir en el guion -y por eso nos lo pasamos tan bien durante la preparación y ensayos de los textos de la boda - a personajes de la actualidad política o social y con un tono de crítica pero lúdica, por eso decidimos que era menos traumático que el personaje de Franco fuera un niño", explica Lois Pardo, uno de los miembros de la asociación de Amigos da Pita.

Presumiendo de máster

La boda estuvo alterada no solo por las incursiones de este pequeño dictador desubicado en el tiempo, sino por las continuas llamadas telefónicas del excomisario Villajero, amenazando con mostrar vídeos comprometedores de los novios, para chantajear y evitar el casamiento o con la entrada triunfal del presidente de Vox, Santiago Abascal, montado a caballo y presumiendo de tener un máster de la Universidad Rey Juan Carlos bajo el brazo. Abascal fue advertido a su vez por una vecinal que le recordó que ella tenía "o máster en capar cochos".

Mal sabía el generalísimo que había aterrizado en la república independiente e irreverente del Entroido de As Eiroás, uno de los símbolos del carnaval urbano de la ciudad de Ourense.

Por eso entre sacerdotes exaltados y guardias civiles poniendo orden en ese mundo al revés que es la Voda da Pita, si en la edición de 2010 fue una monja la que dejó los hábitos para hacer vida de civil, este año fue una prostituta, que se presentó como "Maruca la pecadora, en cualquier sitio y a cualquier hora", la que decidió dejar el oficio y tomar los hábitos religiosos, pese a que el excomisario Villarejo intentó impedirlo sin éxito con otros de sus vídeos. Además Sito Miñanco se comprometió a donar toda la "fariña" necesaria para el Xoves Fareleiro 2020 de As Eiroás.

Una locura de boda, que pudo ser oficiada al fin y que hizo las gracias del público, que disfrutó de esta catarsis anual y colectiva de la realidad que es el Entroido, en el que los ourensanos colgaron su piel de diario por unos días, para vestirse del personaje que sueñan ser el resto del año.