"Aquí no tenemos miedo al frío ni a la lluvia; el Entroido es un sentimiento, hay gente que pidió días libres para estar aquí, y si lo hubiéramos retrasado para este domingo ya no sería lo mismo", explicaba ayer el alcalde de Barbadás, Xosé Carlos Valcárcel para explicar por qué ayer, pese a los numerosos desfiles de Martes de Entroido suspendidos por la lluvia en toda la provincia, en ese concello limítrofe a Ourense comparsas y carrozas salieron a la calle bajo el aguacero.

Fueron 45 en total, de la más diversa temática, no faltaron las trajes fresquitos recreando paisajes caribeños, ni las carrozas y vestimentas de papel, pero salieron igual pese a la lluvia.

"Es un municipio joven con mucha gente y que se toma esta celebración con mucha ilusión, así que podemos decir que pese a la lluvia, hubo mucha asistencia y la fiesta fue un éxito", insiste el alcalde.