Los profesionales del sector señalan que las calderas de condensación son la mejor opción para dar calor al hogar. Sus prestaciones y ventajas frente a las convencionales son varias y se pueden resumir en máxima eficiencia y menor consumo, así como una importante reducción del impacto sobre el medio ambiente.

Este tipo de instalaciones permiten un ahorro mínimo de un treinta por ciento en el gasto de calefacción. Si junto a la caldera se instala un termostato modulante, el ahorro puede incrementarse en un diez por ciento anual.

Son los equipos que ofrecen un mejor rendimiento. Gracias a su tecnología aprovechan el calor del vapor de agua que se condensa. Esto implica el enfriamiento de los humos hasta que se condensan y la transferencia de la energía obtenida al agua de la caldera.

La caldera de condensación consigue su máximo rendimiento trabajando a baja temperatura, pero incluso funcionando a altas temperaturas de calefacción consigue un rendimiento muy superior a la mejor caldera de alta eficiencia que no emplee la tecnología de condensación. Sin embargo, una caldera de condensación consume menos y ahorra más cuanto más baja es la temperatura de los radiadores. Por eso, es importante que éstos trabajen a la temperatura adecuada en cada momento del día, que no es 80ºC sino que deben ir en consonancia con la temperatura ambiente exterior, Cuanto más frío en el exterior, más alta será la temperatura de los emisores. Solo un máximo de un 5% del periodo invernal la instalación debe trabajar a máxima temperatura. El resto del tiempo, con temperaturas exteriores medias de la temporada invernal, la caldera impulsa aguas a temperaturas más bajas, con lo que ajusta mejor las necesidades de la vivienda al calor aportado, proporciona mayor confort, condensa y obtiene altísimos rendimientos, imposibles de conseguir con una caldera convencional.

Además, estas calderas se adaptan a cualquier tipo de instalación y zona climática, tanto con radiadores como con instalaciones de baja temperatura y suelo radiante.

Son las menos contaminantes, ya que reducen la emisiones de NOx en porcentajes que pueden llegar a un 26%, frente a una caldera tradicional de bajo impacto ecológico, que consigue reducciones en torno a un 6%.

La instalación es sencilla: se pueden colocar en e mismo espacio que una caldera convencional. Solo se necesita a mayores un desagüe no metálico para evacuar los condensados.

Para una comunidad tipo de cuarenta viviendas, la instalación de una caldera de condensación nueva ronda los 60.000 euros. El propio ahorro anual que supone rentabiliza en poco tiempo la inversión.

La opción también puede contemplarse para construcciones familiares, con costes adaptados a cada economía, facilidades de financiación y ofertas de equipos de última generación en torno a los 1.700 euros e importantes ofertas en diferentes fabricantes.

Termostatos programables a distancia mediante un teléfono móvil

Fabricantes de calderas se han adaptado a las últimas tecnologías diseñando modelos con termostatos programables a distancia. En este sentido, controlar la calefacción desde un móvil permite al usuario optimizar al máximo las posibilidades de su sistema de calefacción, dándole la posibilidad de activar la calefacción por teléfono con un solo toque de dedo. Las últimas aplicaciones diseñadas por los fabricantes disponen además de una gran variedad de utilidades que hacen a la caldera inteligente, permitiendo al usuario conocer la temperatura y la meteorología ambiente en tiempo real o generar gráficas de consumo que le capaciten para gestionar mejor el uso de su sistema de calefacción.

Los termostatos con control WiFi permiten supervisar la caldera aunque el usuario no esté en casa. Esta libertad de programación se traduce en un mayor confort, ya que posibilita encender la calefacción cuando se desee para encontrar la casa confortable una vez se llegue. A mayor control de la calefacción, mayor será el ahorro energético.

Evitar olvidos y dejar la calefacción encendida cuando no se está en casa se traducirá en un menor gasto de energía. A este tipo de funcionalidades se añade la tecnología modulante, que garantiza que la caldera solo incrementará o disminuirá su potencia según lo necesite, sin continuos arranques o paradas que hacen que la caldera consuma mucha más energía.

Las aplicaciones cuentan además con programaciones horarias y de temperatura prediseñadas, permitiendo al usuario elegir entre varias opciones.