El GPS sigue jugando malas pasadas a algunos de los turistas que se acercan a Asturias. Eso, al menos, es lo que ha alegado una familia de visitantes franceses: la furgoneta en la que viaja acabó “aparcada” sobre la arena de la playa de Andrín, en el concejo de Llanes. Los galos alegaron que el GPS los guio justo hasta allí. Claro que para llegar se saltaron varias señales que prohíben el paso de vehículos, y ni siquiera los detuvo el hecho de que el arenal esté protegido por una extensa franja de cantos rodados por la que resulta complicado circular.

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“Estacionaron” en la arena y se pusieron a tomar el sol y a bañarse mientras pedían ayuda. Porque la autocaravana quedó atrapada en la arena y no caminaba. Ni para adelante, ni para atrás. Así que los turistas galos tuvieron que recibir ayuda de un vecino, que bajó hasta la playa con su tractor y remolcó a la furgoneta hasta el camino de acceso al arenal, ya en “tierra firme”.

La “broma” no les salió gratis a los turistas franceses, que fueron multados por la Policía Local por saltarse la señalización y por acceder a la playa, algo prohibido por la legislación vigente, salvo para vehículos agrícolas o autorizados. No es la primera vez que el GPS conduce a visitantes a lugares indebidos en Asturias. En Cenero (Gijón) una grúa tuvo que remolcar días atrás a un camión bielorruso que llevaba cuatro días atrapado en el camino de Sotiello. Un camino en el que ya han visto atrapados varios conductores a causa de las indicaciones erróneas del GPS.