El gasto medio de las familias españolas en compras en los supermercados es, según la OCU, de 415,5 euros al mes y la mitad de esa compra se hace de forma impulsiva.

Las necesidades biológicas que se sienten en el momento en el que se visita el supermercado son las que marcan la diferencia en el ticket según un estudio de la Universidad de Minnesota y la Universidad del Sur de California.

Para llegar a esta conclusión se hicieron varias pruebas con personas de distintas clases, dietas y gustos pero la conclusión fue la misma para todos, los investigadores sostienen que la motivación es el hambre y ésta incide en conductas que no están aparentemente relacionadas.

Hacer la comprar para ahorrar la mitad del importe

Los compradores hambrientos son más impulsivos Pexels

Los compradores con hambre pueden gastan hasta un 64% más en sus compras, también lo investigaron empresas como Schwarz (Lidl), la cadena chin de supermercados Xu y la atimovilística británica Wyer, que descubrieron que el hambre parece aumentar la probabilidad de que las personas adquieran cosas que les llaman la atención, es decir, el capricho.

y ese algo puede ser prácticamente cualquier cosa, desde artículos de papelería hasta televisores.

En el primer estudio, se preguntó a 89 estudiantes universitarios cuánta hambre sentían. En el segundo, los investigadores controlaron el hambre de 63 estudiantes universitarios pidiéndoles que participaran en una cata de una tarta antes de pedirles que evaluaran los clips para carpetas.

El resultado: los estudiantes hambrientos tomaron un 50% más de clips que los que comieron la tarta o dijeron sentirse llenos.

Te puede interesar:

En otro estudio, los investigadores abordaron a 81 clientes cuando salían de unos grandes almacenes. Con el permiso de los compradores, los investigadores escanearon sus tickets y les pidieron que rellenaran un cuestionario que incluía una pregunta sobre el hambre que sentían.

Los resultados mostraron que los compradores que declararon tener hambre habían gastado el doble de dinero y habían comprado más artículos no alimentarios que los clientes menos hambrientos de la tienda. Esto ocurre si tener en cuenta factores como el estado de ánimo y el tiempo de permanencia en la tienda.